lunes, 31 de marzo de 2014

Nalini Singh: Adelanto del primer Capitulo de Shield of Winter

Primero que nada quiero agradecer a las chicas de CARPE DREAMS por traducir el primer Cap (que nos ha compartido Nalini), soy fiel seguidora de su pagina y que ademas hacen un trabajo increíble...
Estoy super emocionada porque esta es sin duda mi escritora favorita y solo debo decir que estoy impaciente de leer su libro... Aparte que ando en la misión de comprar todos sus libros (Hasta ahora solo tengo 4), porque es una serie que vale la pena tener por lo excelente y original que es, me robo el corazón... Sin mas chachara, les dejo el primer Cap... Que lo disfruten...




Capítulo 1

Ser una Flecha es ser una isla, carente de apegos que te hagan vulnerable.
-Primer Código de las Flechas.

No quedaba nada del hombre que había sido.
Vasic miró a través de la pared de cristal frente a él mientras el guante Computronic biológicamente fusionado con su antebrazo izquierdo zumbaba silenciosamente en el modo diagnóstico que él había iniciado. Negro y elegante, el nuevo invento seguía siendo relativamente inestable, a pesar del perfeccionamiento constante y permanente por parte de los médicos y técnicos, pero Vasic no estaba preocupado por su vida.
Él no se había preocupado por nada desde hacía mucho tiempo. Al principio había sido su condicionamiento bajo el Silencio lo que lo había mantenido frío, sus emociones como el hielo. Ahora, mientras el mundo navegaba en los primeros días de un nuevo año, estaba más allá del Silencio, un entumecimiento tan grande, que era una penumbra interminable.
La única razón por la que seguía despertándose por la mañana era por los otros, por aquellos miembros del escuadrón que todavía tenían la esperanza de una vida normal. Para él era demasiado tarde, sus manos estaban manchadas de forma permanente con la sangre de incontables vidas que había tomado en pos de un mandato que había demostrado su falsedad de un modo muy feo.
−¿Qué es? –Le pregunto al hombre vestido con un uniforme de combate negro que acababa de entrar en la zona común del Centro de Comando de las Flechas. Ninguno de ellos era sociable, sin embargo, mantenían ese espacio después de haber aprendido del modo más amargo que ni siquiera un flecha podía caminar siempre solo.
Hoy, la habitación estaba vacía a excepción de ellos dos.
−Krychek tiene una teoría. −Aden se acercó a Vasic, sus oscuros ojos fijos en la vista más allá del cristal. No era el mundo exterior; las flechas eran criaturas de la sombras, por lo que vivían en las sombras, su sede estaba enterrada bajo tierra en un lugar inaccesible para cualquier persona que no conociera las rutas y los códigos correctos.
Incluso un teletransportador necesitaba un bloqueo visual, y no había imágenes del Centro de Comando de las Flechas en ninguna parte del mundo, ni en ninguna base de datos,  ni en la PsyNet, en ningún lugar. Lo que hizo que fuera aún más notable cuando Kaleb Krychek había demostrado su capacidad de teletransportarse al cuartel general cuando el escuadrón había contacto con él en primer lugar.
Sin embargo, a pesar del carácter subterráneo de la base de operaciones del escuadrón, al otro lado del cristal había un extenso espacio verde lleno de árboles, helechos, incluso lo que parecía una piscina natural, la zona bañada por una luz solar simulada que cambiaba a la luz de la luna cuando el día terminaba.
Había sido difícil adquirir esa tecnología sin pedir ayuda, los lobos SnowDancer eran muy reservados con su tecnología, en general instalándola ellos mismos. Pero el equipo lo había logrado, ya que la luz era tan necesaria para su salud mental y física como la pieza capturada del mundo exterior sobre la que brillaba.
−La teoría de Krychek trata de la enfermedad en la Net –adivinó Vasic, consciente de que a pesar de los restos rotos de los fanáticos de Psy Puro y  los nuevos brotes esporádicos de violencia, esa era la amenaza más peligrosa para su raza.
−Has visto los informes.
−Sí. –La enfermedad, la infección, se estaba propagando a un ritmo espectacular que nadie podría haber predicho. Arraigada al tejido psíquico que conecta a cada Psy en el planeta, salvo los renegados, tenía el potencial de devastar a su raza… porque los Psy necesitaban la biorretroalimentación proporcionada por una red psíquica. Ahora ese mismo enlace también podría estar bombeando veneno directamente en sus cerebros.
Algunos murmuraban que la caída del Silencio un mes antes estaba detrás de la aceleración, pero Vasic no creía que fuera verdad, la decadencia estaba demasiado profundamente integrada en la PsyNet. Había tenido más de un siglo para crecer, alimentándose de la energía psíquica reprimida de todas las oscuras emociones retorcidas que su raza intentaba sofocar.
−¿La teoría de Krychek?
Aden, con las manos ligeramente entrelazadas detrás de su espalda, dijo:
− Él cree que los empáticos son la clave.
Los empáticos.
Una idea inesperada de Kaleb Krychek, a quien muchos consideran el epítome del Silencio… pero eso era una falsa verdad, como había aprendido toda la Red cuando había bajado el escudo alrededor del enlace diamantino que lo vinculaba a Sahara Kyriakus. Por supuesto, se trataba de una falsa verdad sólo cuando se trataba de Sahara Kyriakus. Este era un hecho que Vasic no creía que todo el mundo entendiese, y era uno crítico.
Kaleb Krychek seguía siendo una amenaza letal.
−La teoría de Krychek −continuó Aden−, es que el que el hecho de que los empáticos sean tan frecuentes en la población habla de su sutil necesidad de una manera que nunca hemos comprendido. Así que sofocar sus capacidades ha tenido consecuencias peligrosas.
Vasic vio la lógica, los empáticos podrían haber sido públicamente borrados de la Net, pero los Flechas sabían que la designación E nunca había sido poco frecuente. Excepto una vez. Sus habilidades ligadas a la emoción eran contrarias a los fundamentos mismos del Protocolo, los E habían sido eliminados sistemáticamente de la reserva genética en los años siguientes a la implantación del Silencio, sólo para que el Consejo se diera cuenta demasiado tarde de que estaba intentando extirpar un órgano vital.
Nadie entendía realmente por qué la Red necesitaba a los E, pero era indiscutible que lo hacía. El Consejo se había encontrado cara a cara con esa verdad que había llamado Concepto de Correlación: cuanto menor era el número de Psy-E en la población, más alto eran los incidentes de psicopatía y locura. Sin embargo, aunque la generación actual de E había sido autorizada a nacer, nunca se les había permitido ser, condicionándolos a suprimir sus habilidades desde su nacimiento.
− ¿Krychek ha considerado el hecho de que tal vez no sea sólo el hecho de despertar de los E?
−Sí. Tú ves lo crítico del problema.
Era inevitable, si los empáticos tenían que hacer algo activo para contrarrestar la infección, entonces la raza Psy bien podría desintegrarse en cenizas, porque no había nadie que pudiera enseñar a los E lo que debían hacer. Para el momento en que el Consejo de la época había aceptado su error al intentar sacrificar los E de la reserva genética, todos los mayores estaban muertos y la información de sus habilidades había sido borrada de todos los archivos conocidos.
−¿Cuántos?– Preguntó Vasic, sabiendo que simplemente no podían empezar a empujar a los empáticos para que despertaran masivamente. Sus muertes casi habían derrumbado la PsyNet. Nadie sabía lo que pasaría si se despertaban de golpe, desorientados e incapaces de controlar sus habilidades.
−Un grupo de prueba de diez.− Aden le pasó la lista telepáticamente.
Escaneándola, Vasic vio que los E preseleccionados eran de alto gradiente, desde cardinales a 8,7.
–No –dijo antes de que Aden pudiera hacerle la petición −No voy a recuperarlos.
−Tú no tienes que recuperarlos a todos. Sólo a uno.
−No –dijo Vasic de nuevo. −Si Krychek quiere secuestrar a los empáticos, puede hacerlo él mismo.– Vasic ya no estaba bajo la correa de nadie, salvo la suya propia.
La respuesta de Aden fue tranquila.
−¿Crees que me gusta tener que pedirte esto?
Volviendo al pasado, Vasic se encontró con los ojos del telépata que era el único individuo en el mundo que consideraba un amigo, sus vidas entrelazadas desde la infancia, cuando habían sido emparejados para realizar ejercicios diseñados para convertir a Vasic en un asesino a sangre fría. Para sus entrenadores, Aden simplemente había sido un compañero de entrenamiento telepático útil, un complemento para la educación del temperamento, en ese momento,  errático de Vasic; un Flecha en prácticas sólo porque sus padres eran Flechas que habían trabajado para perfeccionar sus habilidades desde la cuna.
Como tal, Aden había participado en las clases hasta que finalmente lo calificaron como un médico de campo. Le habían dado el mismo duro entrenamiento que se les daba a todos los reclutas, pero nunca fue considerado digno de cualquier interés, excepto cuando se trataba de castigos diseñados para “endurecer”  a un chico que había sido pequeño para  su edad. Siempre, los que habían utilizado a las flechas habían subestimado a Aden, y al hacerlo, le habían dado al escuadrón el líder que había salvado innumerables vidas y al que seguirían hasta el infierno.
−No– le concedió Vasic. −No querrías.– Aden sabía exactamente qué tan cerca estaba Vasic del borde, que la destrucción o el daño de una vida inocente más podría cortar el fino hilo que lo unía al mundo.
−Krychek– continuó Aden en el silencio, entre ellos −no cree que el experimento propuesto en cuanto al efecto de los empáticos en la infección funcione si los E se ven obligados a participar– una pausa. −No estoy seguro de si ese es su personal punto de vista, o si es de Sahara, pero en cualquier caso, cada uno de los E debe hacerlo voluntariamente.
Vasic estuvo de acuerdo con Aden con que era probable que la compasión emanara de la mujer que había aparecido de la nada para forjar un vínculo inquebrantable con el doble cardinal de sangre fría, y que, según sus investigaciones, de ninguna manera estaba en el Silencio.
−¿Dónde tiene la intención Krychek de realizar su experimento?
−Territorio SnowDancer-DarkRiver.
Muy pocas cosas tenían la capacidad de sorprender a Vasic, a cualquier nivel. Esto, sin embargo, era inesperado.
–Los lobos SnowDancer tienen la tendencia de disparar a los intrusos– se rumoreaba que su lema era “disparar primero y hacer preguntas a los cadáveres”. −Y los leopardos no son mucho más amigables.
−Le he dicho a Krychek lo mismo, sin embargo, puedo ver su punto de vista en cuando a la idoneidad de la zona.
−Un lugar aislado, ninguna mente conectada a la PsyNet en kilómetros en cualquier dirección.– Como resultado, esa parte de la Red también estaría tranquila, dándole a Krychek un lienzo en blanco donde ejecutar su experimento.
Sin embargo, ese era un factor que podría ser replicado en otros lugares.
Lo que dejaba un único elemento crítico que sólo se podía encontrar en el territorio cambiante.
–Sascha Duncan.– El acceso a la única E activa en el mundo, sin duda jugaba un papel crucial en los planes de Krychek.
−No hay ninguna infección en esa sección de la Red− dijo Aden, en lugar de asentir para mostrar su conformidad con lo que ambos sabían que debía ser verdad. −Sin embargo, Krychek tiene la capacidad de cambiar la infección en esa dirección, o sembrar el área con ella. Dice que no puede controlarlo más allá de eso, pero aún no he decidido si está mintiendo.− El otro Flecha se giró al notar que otro miembro del escuadrón acababa de entrar, caminó hacia ella cuando esta le indicó que necesitaba hablar con él.
A solas, Vasic consideró la engañosa sencillez del experimento propuesto por Krychek. Un grupo aislado de empáticos rodeados por la infección en la Net. Si el experimento fracasaba y la infección amenazara con abrumarlos en una ola de locura asesina o degradación mental, más sutil, sería relativamente fácil reubicar a diez hombres y mujeres en poco tiempo. Además, el deterioro de una parte vacía de la Net causaría pocas ondulaciones.
En ese sentido, se trataba de un plan limpio, sin la amenaza de grandes pérdidas.
Por supuesto, nadie podía predecir cómo se movería la infección, o lo que le haría a los empáticos.
−No puedo, Aden− dijo cuando el otro hombre volvió a su lado, su compañera Flecha había salido de la habitación.
Aden esperó.
−Tú sabes lo que sucedió cuando, por algún motivo, estuve cerca de Sascha Duncan antes de su deserción. Fue una experiencia… profundamente incómoda.– La hija de la Consejera Nikita Duncan había estado fingiendo estar en el Silencio en ese momento, pero incluso entones, había habido algo en ella que había hecho que sus instintos se erizaran.
Había sido una de las pocas veces que había sentido cierto dolor en la edad adulta, en un primer momento, él había pensado que estaba siendo atacado, sólo para darse cuenta de que simplemente la presencia de Sascha en una habitación de la casa separada de donde él estaba por una sólida pared, era como papel de lija a lo largo de la parte interior de su piel. Como si una parte de él supiera que ella era la antítesis de lo  que él había sido enseñado a ser, un rechazo primitivo.
No fue sino hasta su deserción y la revelación de su empatía que se dio cuenta de la razón detrás del extraño efecto; el conocimiento le había hecho recordar las numerosas veces que había sentido una leve irritación en su piel mientras se movía a través de las sombras en las zonas pobladas. Empáticos dormidos, su condicionamiento no tan gravemente degradado como lo había estado el de Sascha.
También sabía que la forma en que los detectaba era una anomalía, según Aden, nadie más en el escuadrón había señalado nunca algo parecido. Vasic tenía la teoría de que la sensibilidad era un complemento sin documentar de ser un Tk-V, un teletransportador de nacimiento. Patton, el único otro Tk-V que Vasic había conocido, a menudo se había quejado de una “comezón” bajo la piel cuando se encontraba en el mundo exterior.
Independientemente de si eso era cierto o no, el efecto continuaba sin control para Vasic, causando rasguños más profundos y frecuentes sobre su piel mientras el condicionamiento de los E en la Net se fracturaba más y más con cada día que pasaba.
Aden se tomó varios minutos para responder.
−Incómodo, no debilitante.− Las palabras de un líder evaluando a uno de sus hombres. −Los empáticos necesitarán la protección del escuadrón, según los registros históricos que he podido descubrir hasta el momento, su designación nunca ha sido agresiva, y en este grupo tampoco lo es ninguno.
El tono del telépata se mantuvo igual incluso cuando añadió:
−Quiero que lo hagas. Eres el único hombre en quién confío para que los ponga a todos ellos fuera de peligro si hay un repentino aumento de la infección, o si los pro-Silencio en la Net intentan hacerles daño.
Vasic sabía que eso no era del todo cierto,  el escuadrón tenía a otros miembros con capacidad de teletrasporarse en sus filas. Nadie era más rápido que Vasic, pero si lo suficiente. Sin embargo, ninguno de ellos estaba tan cerca de un descenso irrevocable y definitivo al abismo.
−¿Estás intentando ponerme en un servicio tranquilo?
−Sí– los ojos verdes estaban fijos en el exterior, pero con su atención en Vasic, Aden continuó hablando. –Tú no lo ves, pero eres uno de los principales miembros del escuadrón, del que todos dependemos cuando las cosas se van al infierno. Fuera de las situaciones de emergencia, los Flechas más jóvenes te buscan para que les des indicaciones, los mayores te utilizan como caja de resonancia. Tu perdida sería un duro golpe para el grupo… para mí.
−No voy a romperme.– A pesar de que sabía que el olvido de la muerte era la única paz que, alguna vez, iba a encontrar. −Todavía tengo cosas que hacer.– Y no sólo tenía que ver con ayudar a salvar a esas Flechas que todavía podrían tener la oportunidad de vivir una especie de vida real.
Tú no tienes derecho a estar cansado. Cuando puedas escribir su nombre en un monumento conmemorativo, cuando puedas honrar su sangre, entonces te habrás ganado ese derecho.
Una leopardo cambiante le había dicho eso sobre el cuerpo roto de una mujer cuya muerte Vasic había sido enviado a borrar. El leopardo no podía saber cuántos nombres necesitaba escribir Vasic, cuántas muertes había encubierto cuando había creído que lo que estaba haciendo era por el bien por su pueblo… y más tarde, cuando había sabido que era demasiado pronto para que cualquier revolución pudiera tener éxito. Todos y cada uno de esos nombres tenían un reclamo en su alma.
−Sin embargo, te quiero lejos de la violencia, al menos por un corto período de tiempo.− Una vez más, la voz de Aden fue la del líder que era, aunque no era una orden, su relación demasiado larga para necesitar cualquier tipo de adorno. −Hay otra razón por la que te quiero en eso, y por eso voy a pedirte que consideres algunos otros para tu equipo. Estar cerca de los empáticos puede ser incómodo para ti, pero es probable que sea calmante para los E.
Porque, se dio cuenta Vasic, él y los otros como él, eran hielo, permanentemente aislados de sus emociones. A diferencia de los fracturados, no tendrían fugas, miedo o dolor, eliminando así una fuente de tensión para los E recién despertados.
−¿Cómo lo harán estando tan cerca de los cambiantes?– La raza cambiante era tan crudamente emocional como los Psy no lo eran, su mundo pintado por los vivos tonos de la pasión.
−Si Krychek se las arregla para negociar el acceso a una parte de sus tierras, tiene la intención de aceptar la vigilancia vía satélite y a distancia y les pedirá que se mantengan a una distancia física la mayoría de las veces.– Aden se detuvo cuando una mariposa voló desde el verde de los árboles agitando sus alas escarlatas contra el cristal antes de volver a climas más acogedores. −Va a tomar tiempo que las negociaciones concluyan, una zona será establecida, ya sea en territorio cambiante o en otro lugar. Toma la invitación de tu E designado, valora si podrías permanecer en su proximidad mientras sea necesario.
−Tú ya has decidido a quién voy a acercarme.
−De acuerdo con Krychek, las habilidades de todos los empáticos en la lista ya han comenzado a despertar, incluso si no son conscientes de ello.
Vasic no preguntó como Krychek podía saber eso, consciente de que el cardinal telequinetico tenía una relación íntima con la Mentalnet, la gran neosensible que era la bibliotecaria y guardián de la Red. Sin ninguna duda, la Mentalnet había informado a Krychek de que los E estaban tomando consciencia de su verdadera designación.
−Tu recuperado, sin embargo, rompió el condicionamiento a los dieciséis años y se la reacondicionó de manera agresiva para volver a sofocar sus habilidades. Dos meses más tarde, ella y sus padres desaparecieron silenciosamente.
Fue la segunda sorpresa de la conversación.
−¿La Mentalnet no puede encontrar a la familia?
−No es ese tipo de desaparición– aclaró Aden. −Sabemos dónde están geográficamente, pero ellos han hecho un trabajo impecable para no llamar la atención de nadie. Su madre era una analista de sistemas para una empresa Computronic de vanguardia en Washington; su padre ocupaba un alto cargo en un banco. Ahora tienen una grande pero moderadamente exitosa granja en Dakota del Norte,  en colaboración con otros Psy.
Los Psy preferían vivir en ciudades, cerca de otros de su especie, pero eso no quería decir que ninguno de su raza nunca hubiese elegido ocupaciones al aire libre. Al igual que los humanos y los cambiantes, los Psy necesitaban comer, poner un techo sobre sus cabezas, y el trabajo era el trabajo. Sin embargo, un cambio tan espectacular de carrera, era una indicación de una decisión consciente.
−¿Protección de su hija?– No era imposible, el instinto paternal estaba incluso en muchos en el Silencio, aunque Vasic no tenía experiencia personal en ello.
−Es posible, pero no confirmado.
Vasic sabía que había más por venir.
−Lo que también está sin confirmar es si ella todavía tiene acceso a sus habilidades, o si quedaron definitivamente dañadas por el proceso de reacondicionamiento.– Aden miró sin pestañear a través del cristal.− Vi la grabación, y fue una de las sesiones más brutales que he visto nunca,  a un pelo de la rehabilitación.
−Entonces, ¿por qué está en la lista?– La fealdad de la rehabilitación borraba la personalidad, dejando al individuo convertido en un vegetal babeante, y si esta E había estado tan cerca de ello, ella tenía que tener grandes cicatrices mentales.
−Para que sea válido, el experimento no sólo necesita Psy que nunca hayan sido reacondicionados, también necesitan algunos que hayan estado en el proceso. Ella sólo es una de seis que tiene el grupo, pero los demás sólo se sometieron a un reacondicionamiento de menor importancia.
Tenía sentido… porque la mayoría de los empáticos en la Net habían sufrido el reacondicionamiento en algún momento, el proceso diseñado para obligar a sus mentes de nuevo a actuar de la manera aceptada, negando el hecho de que esas mentes no habían estaba destinadas a no tener emociones. Lo que significaba que la PsyNet no sólo tenía que lidiar con E que no tenían ni idea de cómo utilizar sus habilidades, sino que también estaban dañados a un nivel fundamental.
−La otra cara de su problemático condicionamiento– agregó Aden, siguiendo correctamente la línea de pensamiento de Vasic, −es que ellos no van a sufrir al romperlo.
−Por supuesto.– El proceso conocido como disonancia fue diseñado para reforzar el Silencio castigando cualquier desviación emocional inaceptable con el dolor, pero era evidente que el enfoque no funcionaría en un individuo cuyas vías mentales estaban estructuradas de emoción como su núcleo. Sería sencillamente matarlo. –Los detalles de la recuperación.
Aden le entregó un sobre a Vasic.
–Una carta para ella enviada directamente de parte de Krychek, se establecen los parámetros de su compromiso, así como el calendario de pagos.
−¿Les está ofreciendo trabajo? –El Consejero siempre sabía que hacer.
−Ambos sabemos lo inteligente que es. ¿Por qué obligarlos cuando los puedes contratar?– Con esa declaración que describía perfectamente la forma en que funcionaba la mente de Krychek, Aden envió a Vasic una imagen telepática.
Era una mujer pequeña con el pelo negro hasta los hombros, los mechones enroscándose en sí mismo en suaves rizos naturales, y los ojos tan inusuales, él le dio una segunda mirada. Las pupilas eran de un color negro azabache contra el iris de un cobre translúcido con un anillo dorado en el borde. Destacaban contra el dorado cremoso de su piel, de alguna manera demasiado viejos, demasiado perspicaces.
Como si pudiera ver bajo la piel.
Almacenando la fotografía en una cámara mental acorazada después de imprimir una ubicación geográfica en su cabeza usando su imagen como un bloqueo, miró el sobre. Su nombre estaba escrito a mano con tinta negra: Ivy Jane.

Se preguntó que pensaría Ivy Jane del Flecha que estaba a punto de entrar en su vida, un hombre que nunca podría volver a sentir nada. Incluso aunque fuera fisiológicamente posible, Vasic no tenía intención de permitir que su Silencio se fragmentase… porque detrás de él sólo estaba aullando la locura creada por la sangre, la muerte y el horror sin fin.
Gracias Chicas de Carpe Dreams

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